viernes, 14 de febrero de 2014

PORQUE PUEDE

Delpo y la mejor derecha del circuito
Por eso lo exijo. Por eso lo aliento hasta el hartazgo y me levanto a la hora que sea para verlo. Porque es la única esperanza que hay depositada en el tenis argentino. Sí, quizás exagero. Por ahí Delbonis merece mayor consideración, o Leo Mayer y sus últimos grandes torneos. Pero no hay más. Ya no esta Nalbandián para ayudarnos en la Davis y que lo admiremos. Ya no. Podemos seguirlo admirando, sí. Pero él no responderá a la ovación desde el polvo de ladrillo del Parque Roca. Ahora estirará los brazos y aplaudirá desde un palco vip o desde el costado de la cancha, ya en otro rol muy diferente. El tenis argentino no está pasando su mejor momento, y por eso insisto en ver, disfrutar y alentar a Juan Martín Del Potro.

Porque el ATP de Buenos Aires me hizo darme cuenta de que ya está. No hacemos más fuerza como sí lo hacíamos antes. Mónaco está en el peor momento de su carrera, Berlocq es la gran apuesta pero todavía le falta, a pesar de que pone todo lo que un argentino pondría. Delbonis y Mayer, ya mencionados antes, hacen lo que pueden, con grandes esfuerzos pero sin un nivel que lo sustente. El único que queda para soñar que nuestro tenis es de elite es ese hombre, ese que muchos consideran traidor y otros tantos consideran ídolo popular. Porque también es así: el argentino no tiene grises. O es blanco o es negro. Y tras la renuncia a la Copa Davis, el tandilense pasó a ser esos dos colores. Los que piensan que es blanco lo defienden a muerte, no les importa nada. Y los que dicen que es negro, lo critican hasta el cansancio, sin fijarse siquiera si su físico resistiría un calendario tan apretado.

Bueno, yo soy del equipo de los blancos. Perdón, se que no debería tomar partido, pero no puedo. Me niego a criticar al único jugador que hace que yo vea con esperanza al futuro tenístico nuestro. Sydney, Australia o Rotterdam. Roland Garros, US Open o Masters de Londres. Davis o exhibición. Ya no me interesa la competición que afronte La Torre. Me levanto a la hora que sea, y cada vez que veo que saca su diestra (por cierto, a mi gusto la mejor del circuito), me esperanzo con que Berlocq, Mayer, Delbonis, Pella o incluso algún incógnito ocupe ese lugar que hoy ocupa Juan Martín. Lo necesito. Y lo pienso así porque además Del Potro PUEDE. No es uno más del top ten. En 2013 logró ganarle a todos los de arriba, incluyendo al mejor de la historia (un tal Roger) y al mejor de la actualidad (creo que se llama Rafael).

Y si no pelea con Djokovic y Nadal por el número uno es simplemente porque sus constantes lesiones no se lo permiten. Por eso imploro, rezo, ruego y pido que esas lesiones lo dejen jugar tranquilo. No pido nada más. Él va a hacer el resto. Él puede hacer historia. Y yo, señores, me esperanzo con la única salvación que tenemos.


Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel

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