jueves, 17 de julio de 2014

LA SOLEDAD DE LA PELOTA

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel
El mago y la pelota, juntos.

Por primera vez en mucho tiempo, la hicieron llorar. Todo el mundo sabe que a ella no le gusta hacerlo, sino que le encanta salir a rodar por el pasto mientras sonríe felizmente. Pero como en toda historia, siempre hay señores buenos y señores malos. En este caso, los malos se visten de saco y corbata. Esos que generalmente son gordos, con zapatos bien lustrados y discursos elegantes. Esos mismos fueron los que la hicieron llorar a mares, desconsoladamente.

Resulta que un torero con cara de nene inventó cosas hermosas con la pelota. La amasó como nadie, la mimó como ningún otro pudo en toda la historia. De golpe y por primera vez, ese objeto tan importante para este deporte se enamoró, y decidió jurarle amor eterno a esas piernas. Domingo a domingo, ambos empezaron a dibujar sonrisas en la gente, la cancha entera lo ovacionaba a él, quedando en un segundo plano ella. ¿Pero qué le importaba? Si se sentía mimada y querida como nunca antes.

Un día, un señor de bigotes, también de saco y corbata, pero sin panza, comenzó a tratar mal al mago del barrio de La Boca. Al poco tiempo, fue a mostrar su magia a un grande de España, pero allá poco entendían de su juego, aunque al tiempo ellos comenzaron a copiar sus cosas. Entonces decidió dibujar sonrisas en Villarreal, donde llevó hasta la semifinal de la competencia más importante del mundo a un equipo que nunca lo había hecho. Allí se convirtió en el máximo ídolo, es venerado todo el tiempo y su nombre quedó en la inmortalidad. 

Y volvió muy temprano a su origen, donde desplegó todo su carisma la primera vez. La pelota ya comenzaba a derramar lágrimas de soledad cuando vio que ese señor que la había tratado tan bien regresó a su amado club. Entonces nuevamente estuvieron juntos, amándose por todo el campo de juego, con el sol reluciente sobre el verde césped. Y hasta juntos conquistaron de vuelta América. 

Todo iba bien, hasta que otra vez un señor gordo de saco y corbata (esta vez no el presidente, sino el tesorero) renunció debido a su continuidad. De a poquito, ese señor malo se juntó con el anterior, el flaco bigotudo, y le dijo que se presente a elecciones, total iba a ganarlas con su apoyo. A pesar de que el club salió campeón de la mano del mago, las elecciones fueron ganadas por el señor gordo. Ese señor hizo lo imposible por ver al mago lejos del barrio de La Boca. Intentó, intentó e intentó. La gente no lo permitió. Sin embargo, empecinado el hombre, lo terminó de desgastar, porque no toleró más el amor de la gente hacia el mago. Y el mago es humano: se cansó. No quiso vivir más de esa manera, eran intolerables las maniobras mediáticas, los acosos y presiones dignos de un mafioso, que para colmo nacían desde su propio club amado.

Entonces, la pelota lloró. Nadie recuerda haberla visto llorar como hoy. Derramó todas las lágrimas posibles y pidió al cielo que sea mentira, o al menos que el próximo señor que vista la camiseta número 10 tenga su suela preciada. Pero no. Nadie jamás la tendrá. Y así como la pelota llora, miles de hinchas derraman sus lágrimas en una mezcla de tristeza y bronca. No se tendría que haber ido así. Pero lo lograron.

Dicen que esta historia no termina tan mal como parece, que el mago decidió inmolarse para que el pueblo de su club pueda estar tranquilo y en diciembre de 2015, con las elecciones, termine todo con final feli'.

lunes, 14 de julio de 2014

TENÍA QUE PASAR

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel
Otra vez la tristeza, figurita repetida. Esta vez, con orgullo


Pasó lo lógico, lo normal. Como pasó en los otros seis partidos, Argentina no fue mucho mejor que el rival. Con esa mínima superioridad le alcanzó para superar a rivales más débiles (Bosnia, Irán, Nigeria, Suiza y Bélgica), pero cuando le tocó enfrentar a las potencias, logró un empate y una derrota.

Holanda en semifinales y Alemania en la final. Los rivales lógicos de una instancia decisiva en un Mundial. Quizás tantos años sin jugar tales partidos afectó la memoria del seleccionado, que jugó tal cual la fase de grupos: a ganar a duras penas.

Solamente hay una clase de personas que pueden salir a hablar con el diario del lunes: los que previamente hablan con el diario del viernes. Yo (lamentablemente) soy una de esas personas. Lamentablemente porque acerté el pronóstico meses antes, cuando veía una Alemania organizada, con un pasado digno, un presente glorioso y un futuro esperanzador. Los europeos venían de jugar semifinales todos los Mundiales desde el de Corea-Japón 2002, incluyendo la final de ese año. En su plantilla de 23 jugadores convocados, solamente dos superan los 30 años. Excluyo la obviedad de que la inmensa mayoría (16) se desempeñan en la liga alemana, y muchos son compañeros en Bayern Munich.

Volviendo al Mundial, Argentina nunca dejó de depender de Messi. De un Messi que, lejos de estar inspirado, volvía caminando a la par de Higuaín y Agüero. Una de las principales reglas del fútbol es que los delanteros deben achicar espacios hacia atrás (a menos que presionen). Ninguna de esas cosas sucedió, los centrales rivales salían con comodidad y Alemania siempre jugó con tranquilidad en el fondo. Solamente los primeros minutos de cada tiempo Alemania se sintió presionado, obligando a sus laterales a despejar lo más lejos posible la pelota, evidenciando una desesperación inmediata. No obstante, ese peligro de los delanteros no fue constante.

Los delanteros deben ser el primer defensor. Es una ley vieja del fútbol que, extrañamente, un entrenador inteligente y práctico como Alejandro Sabella parece no haber leído. En el fondo, se solucionaron los problemas defensivos previos a Brasil 2014, aunque en el gol germano hubo una desatención argentina.

Sucedió lo que todos pensaban y nadie se animaba a decir. Se siente orgullo pese a la final perdida, ilusión por lo que viene y una esperanza que pocas veces se vio en la gente.

Sin embargo, los dirigentes deberán tener un poco de lógica y frenar con las maniobras dignas de un auto sin freno. Si no continúa Sabella, deberán buscar un entrenador que comparta sus manejos, para que arme una columna vertebral que ya está hecha (Romero-Garay-Mascherano-Higuaín) y armar el equipo en torno a ellos. Messi jugará más presionado que nunca y deberá sacrificarse por el equipo, pero con la certeza que es el mejor del mundo. A partir de ahora, asomarán las nuevas promesas (los Forlín, los Fazio, los Insúa, los Lanzini, los Lamela, los Icardi) y deberán acoplarse de a poco a este equipo subcampeón del mundo que sueña con hacer realidad el sueño de 40 millones en Rusia 2018.

Cuatro años es mucho tiempo. Mucho trabajo. En el medio, Copa América 2015, Copa América Centenario 2016, Eliminatorias y amistosos. Pero el sueño de Rusia 2018 ya está en marcha.

miércoles, 9 de julio de 2014

LLORO POR VOS, ARGENTINA

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel

Ya está, ¿de qué vamos a hablar? ¿De tácticas? ¿De buen juego o mal juego? ¿De que Messi no anduvo bien? ¿De que estuvo mal rodeado? ¡Qué importa! Argentina está en una final después de 24 años, para muchos la primera vez en su vida que serán testigos de semejante partido, y hoy todo el país festeja.
¡Un pasito más, Argentina!

Argentina fue superior a Holanda, de eso no hay dudas. No fue muy superior ni mucho menos, pero con un partido típico de ajedrez no dejó que la Naranja explotara sus cualidades (Robben y Sneijder). El 11 se despertó recién en la segundo tiempo de alargue, cuando Argentina bajó un cambio a su marca, pero aún sin generar peligro. Y el 10 no tuvo opción de disparo al arco, fue bien acorralado y ni siquiera podía descargar a su izquierda con Kuyt, quien tampoco pudo profundizar nunca y tuvo que siempre jugar hacia atrás. 

Pero, en serio: ¿Alguno piensa que a 40 millones de personas puede interesarle un análisis táctico? Las últimas dos finales de Argentina fueron ante Alemania: 1986 (todos conocemos el final) y 1990 (también lo conocemos, sobre todo el árbitro Codesal). Ahora tendremos revancha ante unos europeos que vienen agrandados después del baile que le dieron a Brasil por 7-1.

Cuando el equipo de Sabella consiguió su pasaje a semifinal dije que para una generación entera será la primera vez que verá a su selección jugar los siete partidos de un Mundial. Pues bien, para colmo esos siete partidos culminarán con la gran final, a un paso del máximo sueño, aquel que solamente levantaron Daniel Passarella y Diego Armando Maradona. Aquellos que nacieron en la década del '80 eran muy chicos para recordar las gambetas de Diego a Inglaterra y el pase a Burruchaga ante Alemania. Tampoco recordarán con claridad las atajadas de Goycochea y el penal inventado en el '90. Pero ahora, 24 años después, serán testigos en carne propia, con la edad justa, de una hazaña única e irrepetible: ser finalista (por quinta vez en su historia) en la casa de su máximo rival, que a su vez quedó eliminado por un baile tremendo.

Las lágrimas saladas invadieron la cara de la gente eufórica que festejó en el Obelisco y en cada rincón del país. Los chicos felices, las familias enteras celebrando, las mascotas disfrazadas de celeste y blanco, todos esperando con ansias el partido del domingo a las 16 Hs. en el Maracaná. En ese estadio tan lindo y tan histórico. Ahora, Argentina está ante su gran sueño. A un paso. La gente está más ilusionada que nunca. 

Gracias por estas lágrimas, Argentina. Yo sí lloro por vos. 

lunes, 7 de julio de 2014

ADIÓS, MAESTRO

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel

Indudablemente, uno de los mejores jugadores de toda la historia. Dependiendo de la localidad donde se haga la pregunta y la edad del encuestado, posiblemente sea considerado el mejor de todos. Don Alfredo Di Stéfano, una gloria de nuestro fútbol, falleció a los 88 años. Poco para decir y mucho para admirar.
"Marca" unió a los tres mejores futbolistas argentinos
Ídolo en Argentina y España, en River y Boca. Respetado y admirado. Un futbolista magistral, con chispa típica de un porteño.

La Saeta Rubia comenzó a jugar en 1945 en River Plate. Un año después fue cedido a Huracán, dado a que tenía poco lugar en ese sensacional equipo Millonario, aunque luego regresó y dio la vuelta olímpica en 1947 Con la famosa huelga de futbolistas en 1947 y el exilio masivo, Di Stéfano fue uno de los tantos jugadores que emigró al fútbol colombiano. Allí jugó en Millonarios, donde fue cuatro veces campeón. En 1953 fue su gran salto: fichó por el Real Madrid, donde anotó 418 goles en 510 partidos. Una bestialidad. Consiguió cinco copas de Europa consecutivas (1956-1960), una Copa Intercontinental (1960) y ocho títulos de liga. En 1957 y 1959 consuiguió el Balón de Oro al mejor jugador de Europa y desde 2000 era presidente honorario del Real Madrid.

Luego, como entrenador, siguió ganando cosas. Fue el único director técnico capaz de conseguir títulos en los bancos de Boca y de River. Consiguió dos con el Xeneize (Nacional '69 y Copa Argentina de ese año), uno con el Millonario (Nacional '81), dos en Valencia (Liga de 1971 y Recopa 1980) y uno en su amado Real Madrid (Supercopa de España 1991).

Se nos fue un grande con todas las letras. Apenas acababa de cumplir 88 años, de los cuales su inmensa mayoría nos llenó de buen fútbol y de hazañas impresionantes. Don Alfredo seguramente estará pateando una pelota sobre una nube, mientras varios países lloran lágrimas futboleras. Increíblemente el paro cardiorespiratorio ocurrió apenas a tres cuadras de su amado Santiago Bernabéu. No son casualidades. Su corazón permanece ahí. Su fútbol en todos nosotros. Falleció una gloria, nació una leyenda.

domingo, 6 de julio de 2014

LA UNIÓN QUE LOGRA LA PELOTA

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel
Chicos y grandes: todos juntos


Toda la vida me dijeron "qué país de mierda", "no tenemos futuro", "estudiá para tener un buen trabajo y andate a la mierda que este país no te garantiza nada". Toda la vida viví rodeado de comentarios negativos, de desconfianza y, sobre todo, de malas decisiones. Malas decisiones por parte mía (lo más lógico debido a mi edad) y malas decisiones por parte de quienes votan (lo más ilógico, debido a haber pasado dictaduras militares y nefastos gobiernos democráticos). Hoy, con 19 años, cerca de los 20, vivo algo histórico: todo un país está unido. Nunca lo vi así. En un país donde solamente sacamos a relucir que la Av. 9 de Julio es la más ancha o que Rivadavia es la más larga, o que las riquezas de nuestro suelo no las tiene nadie, de repente me veo inmerso rodeado de gente que se emociona y disfruta el ser argentino. ¡¿Qué raro, no?! Los mismos que, fuera de esta época, desearían viajar lo más lejos posible.
El fútbol logra esto: sentir la unificación de una sociedad que parecía destruída y hasta citando palabras de un nefasto "periodista": "con muchas grietas". Esas grietas hoy se unieron, es una llanura, con un pasto verde que luce como nunca antes.
Hoy, por primera vez en mi vida, voy a ver jugar a mi Selección los siete partidos en un Mundial. Después de muchos fracasos (incluído volver en primera ronda), nadie me quita la emoción de sentir que esta vez puede ser nuestro, aunque no se llegue a dar.
Historia pura, nerviosismo al tope, ilusión intacta. Nadie puede quitar esto en mí y nadie puede desunir a esta sociedad. ¿Por qué no somos así todo el año, todos los años? ¿Por qué comprar discursos baratos de todas las partes (de empresas monopólicas, de gobiernos nefastos)? ¿Por qué no ser como realmente somos?
Hoy el fútbol (tantas veces odiado, tantas veces criticado) une la brecha que dejan los partidos políticos y la gente intolerante. Hoy me encuentro festejando abrazado a innumerable cantidad de personas que piensan distinto que yo. ¿Por qué no estar así siempre? Si es más fácil y más lindo...

Mientras tanto, te pido por favor que esto no termine, Argentina. Quedan dos pasos. Vamos por el primero. Y a vos, pelota: gracias por hacer que estas personas que parecen enemigas durante los otros 10 meses, hoy se junten a festejar la unión de todos.