miércoles, 9 de julio de 2014

LLORO POR VOS, ARGENTINA

Por: Facundo Ronchel
Twitter: @Facundo_Ronchel

Ya está, ¿de qué vamos a hablar? ¿De tácticas? ¿De buen juego o mal juego? ¿De que Messi no anduvo bien? ¿De que estuvo mal rodeado? ¡Qué importa! Argentina está en una final después de 24 años, para muchos la primera vez en su vida que serán testigos de semejante partido, y hoy todo el país festeja.
¡Un pasito más, Argentina!

Argentina fue superior a Holanda, de eso no hay dudas. No fue muy superior ni mucho menos, pero con un partido típico de ajedrez no dejó que la Naranja explotara sus cualidades (Robben y Sneijder). El 11 se despertó recién en la segundo tiempo de alargue, cuando Argentina bajó un cambio a su marca, pero aún sin generar peligro. Y el 10 no tuvo opción de disparo al arco, fue bien acorralado y ni siquiera podía descargar a su izquierda con Kuyt, quien tampoco pudo profundizar nunca y tuvo que siempre jugar hacia atrás. 

Pero, en serio: ¿Alguno piensa que a 40 millones de personas puede interesarle un análisis táctico? Las últimas dos finales de Argentina fueron ante Alemania: 1986 (todos conocemos el final) y 1990 (también lo conocemos, sobre todo el árbitro Codesal). Ahora tendremos revancha ante unos europeos que vienen agrandados después del baile que le dieron a Brasil por 7-1.

Cuando el equipo de Sabella consiguió su pasaje a semifinal dije que para una generación entera será la primera vez que verá a su selección jugar los siete partidos de un Mundial. Pues bien, para colmo esos siete partidos culminarán con la gran final, a un paso del máximo sueño, aquel que solamente levantaron Daniel Passarella y Diego Armando Maradona. Aquellos que nacieron en la década del '80 eran muy chicos para recordar las gambetas de Diego a Inglaterra y el pase a Burruchaga ante Alemania. Tampoco recordarán con claridad las atajadas de Goycochea y el penal inventado en el '90. Pero ahora, 24 años después, serán testigos en carne propia, con la edad justa, de una hazaña única e irrepetible: ser finalista (por quinta vez en su historia) en la casa de su máximo rival, que a su vez quedó eliminado por un baile tremendo.

Las lágrimas saladas invadieron la cara de la gente eufórica que festejó en el Obelisco y en cada rincón del país. Los chicos felices, las familias enteras celebrando, las mascotas disfrazadas de celeste y blanco, todos esperando con ansias el partido del domingo a las 16 Hs. en el Maracaná. En ese estadio tan lindo y tan histórico. Ahora, Argentina está ante su gran sueño. A un paso. La gente está más ilusionada que nunca. 

Gracias por estas lágrimas, Argentina. Yo sí lloro por vos. 

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